jueves, 22 de noviembre de 2018

SOBRE CATALUÑA Y OTRAS NADERÍAS. La cínica prédica del "procés".




Mucha es la hartura que provoca el independentismo al igual que la cínica prédica que practican como base del artificioso discurso de los ecos del “procés” que todavía coletean como pavesas tras el incendio.

Si en aquel día 1 de octubre y aún más el 2, aquel referéndum, y por boca de muchos de sus principales protagonistas, tuvo una inequívoca legitimidad y cuyo resultado no solo era indeformable, sino que era la máxima expresión de la voluntad democrática de un pueblo, pasado un año, se confiesa, por los mismos protagonistas, la escenificación teatral que supuso todo el “procés”.

La tomadura de pelo alcanzó y alcanza cotas que superan y mucho la ciencia ficción política, y no lo digo por la posible independencia, sino por la gestión de un proceso que, además, causó vergüenza. Aquella votación venía a equivaler a una de esas consultas o pseudo referéndum sin más validez que la de insuflar la soflama, en muchos casos, y la autoestima para un independentismo que necesitaba encontrar la mecha que lo explosionara y, muy probablemente, que justificara tanta premeditación y disimulara tanta ineptitud.

Nada más placentero para estos políticos de acentuada mediocridad, que placer sus cuerpos cada noche en una orgiástica alevosía acariciando el cielo entre nubes cada vez más arreboladas, sintiéndose con el poder de un Dios que le pueblo les ha dado para perpetuarse y justificarse en sus asientos.

Actualmente parece que la ceguera todavía perdura. Resulta casi incomprensible que, tras aquel descalabro y tomadura de pelo, como el propio señor Torra ha dicho y reconocido recientemente en una sesión de plenos en el parlamento catalán, se le exija al gobierno del Estado, curiosamente al mismo al que se incita a desobedecer, que negocie un referéndum legal con todas las garantías democráticas para que sea reconocido en Europa.

No cabe duda, por cómo se están sucediendo los acontecimientos, que el cinismo sigue siendo rentabilizado en votos, y si muchos nos preguntamos cómo puede ser que partidos políticos corruptos sigan obteniendo un ingente número de votos, me pregunto también cómo es posible, que tras el cinismo político de unos políticos que se han arrogado de «salvapatrias» y jugado en el “Monopoly” con las ilusiones de los ciudadanos sobre el colchón de las mentiras y falacias, sigan obteniendo votos y seguidores a pies juntillas.

¿Es que en nuestra meliflua actitud preferimos que nos cuenten y formar parte de esos cuentos?

© El embegido dezidor.