Desde estas letras quiero significar la ventura que leer este titular me provoca. Me inflama mi espíritu de un optimismo como no conocía desde hace mucho tiempo, capaz de borrar no sólo las huellas dolorosas del pasado, sino de minimizar cualquier contrariedad en el futuro; y todo el mérito se lo lleva, porque es justo y de justicia reconocerlo, el equipo de gobierno de nuestro Ayuntamiento de Navalcarnero.
Un equipo que, fiel a su comprometido compromiso por llevar a Navalcarnero y especialmente a los navalcarnereños a las más altas cotas de bienestar y calidad de vida, no ha escatimado esfuerzos para encontrar esta fórmula antes mágica e impensable pero ahora en sus manos, con la que poder superar esta crisis y cualquier periodo análogo venidero. Su eficacia es tal, que será difícil que crisis futuras puedan menoscabar a este como a cualquier otro ayuntamiento o empresa. Las crisis se deslizarán como la lluvia acariciando las negras paredes de peores presagios del Ayuntamiento, llantos del presente que fugaces en su esencia, desaparecerán con los primeros rayos de sol.
Y no. No han sido los hados quienes han llegado a este pueblo para inocular virtudes en la clase política compadecidos por un lastimoso y llorón Navalcarnero. Es muy fácil pensar que el Ayuntamiento y muy especialmente la Concejalía de Educación han sido provistos de brillos divinos descendientes de una generosa providencia que les ha regalado para llegar a este magnífico hallazgo. Pero no es así. No hay que dejarse llevar por barruntaciones producto de la incredulidad que produce su plan de ahorro. Sería una falta de lealtad democrática hacia un gobierno recientemente elegido pensar que todo es producto de mentalidades fragmentadas. Por tanto, llegamos a la conclusión que han sido los aires nuevos, aires renovados de una parte del PP de Navalcarnero espirados por la excelente preparación de sus candidatos electos y los no electos, quienes han alcanzado la difícilísima solución, el brillante hallazgo.
Ha sido por tanto muy meritorio el trabajo de un excelso equipo comandado por el generalísimo alcalde recientemente electo que se ha esforzado para evitar que se pueda sugerir y mucho menos que alguien pudiera intuir que el PP, para resolver esta crisis, iba a despedir a alguno de sus trabajadores. El PP, como afirmaba en su programa electoral, mantendrá a todos sus trabajadores en plantilla pero eso sí, y esta es la base, la gran fórmula, la perla pulida por el pensamiento más egregio inimaginable: trabajarán sin cobrar.
El Ayuntamiento para contener sus gastos y reflotar económicamente unas arcas más pobres que un lupanar en cuaresma ha decidido que el trabajo de los profesionales de la educación de las escuelas municipales de Navalcarnero lo realicen gratis. Y para ser fiel a las propuestas de igualdad que el propio Partido Popular promulga en sus campañas de fomento y concienciación se unirán a este gran plan anticrisis, posiblemente, otros empleados municipales.
El Ayuntamiento, que nunca ha sido ejemplo de indiferencia como lo ha venido demostrando a lo largo de sus diferentes mandatos, agradecerá a todos estos esforzados y sacrificados trabajadores su dedicación y entusiasmo. Valorará su entrega y eficacia en su trabajo y así quedará reflejado, como ejemplo de ejemplares ciudadanos, en cualquiera de sus publicaciones o personalmente, si se consideran méritos suficientes, en las tarjetas de felicitación de aniversario.
Pueden prometer y prometerán, que además, el Ayuntamiento del PP, en un periodo de tiempo indeterminado, una efigie de mármol o granito reinará en alguna rotonda de nueva creación dedicada a todos estos trabajadores con todo el amor del Consistorio y del pueblo de Navalcarnero que no olvidará su sacrificio, su silenciosa entrega y la inmolación de su sueldo, de parte de su futuro y el de las generaciones que les suceden por mantener y mantenerles en su Ayuntamiento.
Para terminar y evitar que se me critique por criticar quiero lanzar la siguiente propuesta:
–Siendo un ayuntamiento que promueve las políticas de igualdad, le pido que una vez más sea consecuente con sus políticas y se una a sus empleados prescindiendo del sueldo íntegro hasta que todos y cada uno de sus asalariados puedan recibir su remuneración.
Un equipo que, fiel a su comprometido compromiso por llevar a Navalcarnero y especialmente a los navalcarnereños a las más altas cotas de bienestar y calidad de vida, no ha escatimado esfuerzos para encontrar esta fórmula antes mágica e impensable pero ahora en sus manos, con la que poder superar esta crisis y cualquier periodo análogo venidero. Su eficacia es tal, que será difícil que crisis futuras puedan menoscabar a este como a cualquier otro ayuntamiento o empresa. Las crisis se deslizarán como la lluvia acariciando las negras paredes de peores presagios del Ayuntamiento, llantos del presente que fugaces en su esencia, desaparecerán con los primeros rayos de sol.
Y no. No han sido los hados quienes han llegado a este pueblo para inocular virtudes en la clase política compadecidos por un lastimoso y llorón Navalcarnero. Es muy fácil pensar que el Ayuntamiento y muy especialmente la Concejalía de Educación han sido provistos de brillos divinos descendientes de una generosa providencia que les ha regalado para llegar a este magnífico hallazgo. Pero no es así. No hay que dejarse llevar por barruntaciones producto de la incredulidad que produce su plan de ahorro. Sería una falta de lealtad democrática hacia un gobierno recientemente elegido pensar que todo es producto de mentalidades fragmentadas. Por tanto, llegamos a la conclusión que han sido los aires nuevos, aires renovados de una parte del PP de Navalcarnero espirados por la excelente preparación de sus candidatos electos y los no electos, quienes han alcanzado la difícilísima solución, el brillante hallazgo.
Ha sido por tanto muy meritorio el trabajo de un excelso equipo comandado por el generalísimo alcalde recientemente electo que se ha esforzado para evitar que se pueda sugerir y mucho menos que alguien pudiera intuir que el PP, para resolver esta crisis, iba a despedir a alguno de sus trabajadores. El PP, como afirmaba en su programa electoral, mantendrá a todos sus trabajadores en plantilla pero eso sí, y esta es la base, la gran fórmula, la perla pulida por el pensamiento más egregio inimaginable: trabajarán sin cobrar.
El Ayuntamiento para contener sus gastos y reflotar económicamente unas arcas más pobres que un lupanar en cuaresma ha decidido que el trabajo de los profesionales de la educación de las escuelas municipales de Navalcarnero lo realicen gratis. Y para ser fiel a las propuestas de igualdad que el propio Partido Popular promulga en sus campañas de fomento y concienciación se unirán a este gran plan anticrisis, posiblemente, otros empleados municipales.
El Ayuntamiento, que nunca ha sido ejemplo de indiferencia como lo ha venido demostrando a lo largo de sus diferentes mandatos, agradecerá a todos estos esforzados y sacrificados trabajadores su dedicación y entusiasmo. Valorará su entrega y eficacia en su trabajo y así quedará reflejado, como ejemplo de ejemplares ciudadanos, en cualquiera de sus publicaciones o personalmente, si se consideran méritos suficientes, en las tarjetas de felicitación de aniversario.
Pueden prometer y prometerán, que además, el Ayuntamiento del PP, en un periodo de tiempo indeterminado, una efigie de mármol o granito reinará en alguna rotonda de nueva creación dedicada a todos estos trabajadores con todo el amor del Consistorio y del pueblo de Navalcarnero que no olvidará su sacrificio, su silenciosa entrega y la inmolación de su sueldo, de parte de su futuro y el de las generaciones que les suceden por mantener y mantenerles en su Ayuntamiento.
Para terminar y evitar que se me critique por criticar quiero lanzar la siguiente propuesta:
–Siendo un ayuntamiento que promueve las políticas de igualdad, le pido que una vez más sea consecuente con sus políticas y se una a sus empleados prescindiendo del sueldo íntegro hasta que todos y cada uno de sus asalariados puedan recibir su remuneración.
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